lunes, 29 de junio de 2009

Da pena

Antes de acabar el recubrimiento del muro del sanatorio de Gorliz, ya ha habido algún insustancial que lo ha llenado de pintadas.
Es sorprendente que haya energúmenos que tengan preparado para cualquier momento un bote de pintura y una brocha.
Es increíble que en este país lo que es público, en vez de sentirlo como propio, se sienta como ajeno y además que esta disponible para estropearlo.
Enhorabuena a los responsables de las obras, que rápidamente han borrado las pintadas.