La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 una resolución por la que se declaró el 22 de marzo de cada año como Día Mundial del Agua, a celebrarse a partir de 1993. Tenemos que celebrar que en nuestro entorno tenemos unas condiciones privilegias en cuanto a estos aspectos, pero debemos reconocer que si no lo cuidamos también para nosotros se nos puede convertir en un recurso caro y limitado.
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